Hacer Esquí en las Dolomitas de Corvara (Italia)

VIAJE DE VIELHA A CORVARA

AUTORUTE

Después de las consultas en Internet y los preparativos propios de unas vacaciones de esquí, empezamos el viaje el sábado a las 15:15 horas y por delante mil cuatrocientos kilómetros. Coche cargado mirada del gitano y muchas ganas…El viaje transcurre con toda normalidad por carreteras y autopistas francesas, hasta llegar a Mónaco, donde decidimos continuar viaje sin parar a dormir. Dimos un paseo panorámico con el coche. Quizás lo que más nos sorprendió fue el casino con sus lujosos coches y las princesas con sus vestidos.

Continuamos ruta y entramos en Italia sobre las once de la noche. En Ventimiglia, dimos cuenta de la tortilla de patatas que nos habíamos y una extraordinaria ensalada. Con la tripa llena nos entró sopor y en la misma gasolinera que repostamos, cutre donde las haya, aparcamos el coche para echar una cabezada. Un golpe en la rodilla, el frío, la mala postura y el ruido de un autobús calentando motores, nos hicieron emprender la marcha.

Hicimos una visita panorámica a Génova, pero esta involuntaria, tras pasarnos el cruce a Milán. Después de varios errores y equivocaciones en Génova, tomamos una carretera que se le atragantó al conduct@r. La peruana (GPS) se volvía loca.

AUTOESTRADA

Una vez recuperada la “autostrada“, paramos a tomar café y, ahora sí, pudimos echar una cabezada hasta el bonito amanecer, (por cierto, cambio de hora), que nos proporcionó el sol y la niebla.Tranquilidad en la carretera por lo intempestivo de las horas de un sábado, hasta que llegamos al Lago di Garda donde la peruana se volvió loca otra vez. Después de una parada para reponer fuerzas intestinales, más tortilla, más ensalada y queso, ya dejamos la autopista, para introducirnos en una carretera por unos parajes tan bellos como impresionantes. Entramos en los Dolomitas.

Nuestra primera impresión fue la novedad de un paisaje de montañas tan distinto a los que conocemos. Ralentizamos el viaje y fueron numerosas las paradas para extasiarnos de las vistas que teníamos ante nosotros, y hubo por supuesto, innumerables fotografías.Por fin, Corvara a la vista, creemos que se alegró hasta la peruana. Llegamos a nuestro destino Casa Mugun y aparcamos y tomamos posesión de nuestro coqueto apartamento, a primera hora de la tarde.

Después del consiguiente descanso y duchas, salimos de patrulla de reconocimiento llegando hasta la oficina del Ski Pass, donde adquirimos los pases, uno de maestro (- 30%) y el otro normal. Luego saludamos al director de la escuela de esquí que sólo quería poco trabajo y mucho dinero. Después de unas compras y unas cervezas compartidas con una pareja peruana de verdad. La temporada aquí, como en el Valle de Aran, está a punto de “chusarse“. Volvemos al apartamento, merecido descanso.

1er día de esquí: SELLARONDA

Después del desayuno acelerado por no perder el autobús, nos dirigimos a pistas y empezamos el recorrido por la Sella Ronda (sentido naranja en sentido de las agujas del reloj). Compartimos la telecabina con profesores que estaban haciendo curso para acabar de titularse.

Al salir de la cabina nos siguió impresionando el paisaje, esta vez desde las alturas blancas. Seguimos subiendo en un telesilla y ya iniciamos el primero de los que iban a ser una serie de descensos que nos parecían que no se podían superar. El primero, y para empezar una pista negra. Estuvimos bajando muchos metros de desnivel y llegamos a Arabba… después de siete horas, con alguna parada y salida de recorrido y repetición de alguna pista, llegamos de nuevo al punto de partida, Corvara.

Este recorrido a través de la Sella Ronda, lo podríamos calificar como una de nuestras mejores experiencias de esquí.

Acabamos la jornada celebrándolo con una sesión de spa, enoteca, y acompañamos la cena con la Gran Dame (viva Valencia).

2º día de esquí: MARMOLADA

Iniciamos la jornada de esquí haciendo el mismo recorrido del día anterior hasta llegar a Arabba, donde nos desviamos hacia Marmolada. Tomamos el teleférico y después de unas buenas bajadas llegamos hasta Malga Ciapela a 1446 m y tres teleféricos seguidos nos llevan hasta los 3342 m, la Marmolada. Nos esperaban más de doce kilómetros y sus casi dos mil metros de desnivel ininterrumpidos de descenso. Nos ha gustado tanto, que repetimos. Nos quedamos después esquiando en la zona de Arabba gozando de la amplitud, inclinación y calidad de la nieve de sus pistas, hasta que se nos hace tarde para regresar en hora a Corvara. La llegada, la hacemos por unas pistas amplias, entre unos impresionantes abetos.

Después del merecido descanso, salimos a las compras pero …. Todo chiuso. Son las siete de la tarde y parecemos dos marcianos en el pueblo. No hay nadie más paseando por ahí. Regresamos a casa y cenamos, es entonces cuando decidimos ponernos a recapitular el transcurso de este viaje. Mañana mas…

3er día de esquí: VAL GARDENA

Hoy ha sido el día de las decisiones equivocadas. Llegamos a la conclusión, de que cuando te equivocas en la primera, el resto, vienen solas.

Empezamos sin poder conectarnos con Internet para escuchar las noticias de la mañana, mientras nos preparamos. La cafetería donde solemos desayunar, junto a la parada de autobús que nos lleva a pistas, estaba cerrada, pero además perdemos el autobús y sin desayunar decidimos caminar diez minutos hasta los remontes. Ya en la primera telecabina, notamos que los árboles se movían más de lo que nos hubiera gustado ya que al salir notamos cierto frío que no habíamos previsto. Pensamos incluso en regresar a casa y abrigarnos como es debido. Parecemos nuevos. Decidimos seguir y como de era de esperar, el día no mejoró demasiado.

Cuando iniciamos el primer descenso camino de Selva, se rompe el maleficio, ya que disfrutamos de unos fantásticos descensos por las pistas de Val Gárdena, incluidas las pistas de Copa del Mundo, las cuales bajamos a algo menos de velocidad que los participantes. En una de estas, una persona nos llama la atención con gritos. Paramos alarmados, pensando que teníamos bronca con algún guiri de los que por aquí abundan, y resulta que era un empleado de Pachá-Baqueira, que había visto el traje de la Escuela. Subimos el huevo con ellos y nos dice que está con unos amigos, uno de los cuales, es conocido de Baqueira. Después de estas bajadas, tomamos la decisión de coger uno de esos trenes que atraviesan la montaña accediendo a su parte más alta. La espera fue interminable, por lo menos, unos veinte minutos.

En esta parte de la estación disfrutamos del paisaje y, cómo no, de unas bellas bajadas, una de ellas de diez kilómetros y medio por unos parajes preciosos, pasando de la alta montaña hasta introducirnos en bosque de abetos y cascadas heladas. Una vez llegamos a Ortissei, (capital de la Comarca), tomamos un café servido por unos simpáticos argentinos de ascendencia española. Teníamos que atravesar la población de lado a lado y nos sorprendió que para ello hubiera un túnel con sus cintas transportadoras, como en los aeropuertos y escaleras mecánicas que subían y bajaban, como en El Corte Inglés.

Seguimos con nuestras decisiones y nos dirigimos a la zona de Alpe di Siusi, una zona súper bonita, un llano a dos mil metros, y remontes del siglo pasado, tipo Hurat deth Bó. Vemos por todos los horizontes, unas amenazantes nubes negras y un viento que las mueve y nos mueve. Fenomenal para nuestra indumentaria de primavera. Nos paseamos por todos los remontes sin apenas descensos, hay que decir que nos encontramos algún telesilla moderno y con capota. Llegamos al punto Saltria donde tenemos que esperar media hora a un autobús que nos traslada a Monte Pana, en Val Gárdena. El traslado dura más de media hora y nos cuesta cinco euros, por una pista forestal sin asfaltar pero muy bonita por el interior de un bosque de grandes abetos.

Tomamos el telesilla Monte de Pana, donde una suiza con un perfecto español, nos da buena conversación. Aunque es tarde ya, disfrutamos de unas buenas bajadas e incluso repetimos alguna de ellas. Iniciamos el largo descenso desde el Paso Sella hasta Corvara esquiando solos por la pista. Tan solos que cuando llegamos al último telesilla, vemos como lo “chiusan“. Genial… Nos tenemos que buscar un senderito con algo de nieve para llegar a la estación. No nos sale mal del todo aunque con pequeñas remadas, había algo de descenso. Como teníamos tiempo, tomamos una cerveza junto a la escuela de esquí, y justo cuando nos dirigimos hacia el autobús, lo vemos pasar. Otra vez andando, esta vez, en dirección a casa. Cogemos el coche, nos vamos a hacer unas compras y regresamos al hotel donde nos premian ampliando el horario del SPA que ya había cerrado.

Cena, masaje (algunos), oración, despedida y cierre de ojos.

4º día de esquí: DE VAL GARDENA A CANAZEI Y BELVEDERE

Nos desplazamos en coche hasta Selva donde iniciamos una bonita jornada de esquí disfrutando de las pistas que ayer nos gustaron. Así pasamos gran parte de la mañana y nos dirigimos hasta la zona del Passo de la Sella. No hemos aprendido. Hoy también hace más frío de lo esperado. Tenemos la suerte de que estamos rodeados de nubes, pero por donde nosotros estamos, el sol se deja ver de vez en cuando. Disfrutamos de unas bajadas estupendas hasta que el hambre, nos hace parar en un pequeño refugio enclavado en un paraje espectacular. Aprovechamos y nos damos un homenaje. Penne Selva. Una pequeña cabezada apoyado en la cálida madera del refugio y vuelta a Selva.

Nos encontramos de nuevo con la gente de Aran y hacemos una bajada con ellos. Les enseñamos los encantos de alguna pista (Castel Gárdena), y los despedimos. Nos dirigimos esquiando al centro de Selva donde después de dar una vuelta por las tiendas del pueblo, finalizamos la jornada de esquí. Aunque este día no ocupe muchas líneas en nuestro diario, ha sido un excelente día de esquí.Estamos calentando el Magret… Mañana más y si puede ser, mejor.

5º día de esquí: GRAN RUTA DE LA SELLARONDA

Podríamos definir el día simplemente con “La Gran Esquiada”. La explicaremos. Eran las 8’45h, el cielo estaba raso y la temperatura muy fría, cuando tomamos el primer remonte y nos dirigimos a una zona de Alta Badia que no conocemos y, como todas, bonita o preciosa, como queráis. Regresamos a Corvara para hacer la orgásmica pista de La Sonrisa, bajando desde El Vallón 2550 a Corvara 1568. ¡Mil metros, con negras y rojas!

Desde ahí nos vamos a Arabba ( la capital no es Vitoria ), nos hacemos tres bajadas envidiables desde Porta Vescovo 2478 hasta Arabba a 1602. Acabamos hechos polvo. Nos dirigimos a la zona de Canazei, recreándonos en las mismas bajadas que ayer. Desde allí, ya entramos en la zona de Val Gárdena. Después de unas buenas bajadas oliendo a quemado y con las ranas en el estómago, hacemos una parada en un refugio de los típicos de esta zona, por supuesto precioso a nuestro nivel (muy mono e ideal de la muerte sería en BaBé). Tras unas patatas fritas, que hoy si pagamos, y unos paninis y por supuesto dos birras, nos ponemos los esquís, más que deslizarlos los arrastramos por el cansancio de la mañana y el sopor de la tarde. Nos hacemos unas bajadas por las pistas de la Copa del Mundo, intentado emular al Hermiteitor, pero nos quedamos muy lejos.

Tomamos el camino (remontes), y regreso hacia casa. Al cambiar de vertiente la nieve estaba francamente transformada, después de haber disfrutado de una buena calidad durante todo el día por las bajas temperaturas.

Una vez en Corvara, algunas compras de última hora, hacer maletas, cargar el coche, se están cociendo los espaguetis, y… mañana viaje de regreso.Aquí finalizamos el diario, esperando que el regreso sea normal, sin los anecdóticos incidentes que nos hicieron perder tiempo al venir.

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