Viaje a La Isla de Pascua

Una inolvidable visita a las Islas de Pascua y a los Moais, guardianes de la isla.

Hace más de un año que tuve la oportunidad de visitar Chile, nuestro vecino del Sur, y francamente quedé muy impresionado, tanto por la belleza y modernidad de Santiago, su capital, como por su geografía, la cual me hace recordar bastante a la nuestra. Estuve 3 semanas allá y he de decir que fue muy poco tiempo para conocer todo lo que hay por conocer en Chile; sin embargo, logré realizar un anhelo de cuando niño: Conocer las islas de Pascua.

Me imagino que no soy el único que vio fotos de estas estatuas pétreas y quiso saber más de ellas. Sin embargo, no fue sino hasta Junio del 2006 que por fin logré cumplir ese deseo. Les cuento un poquito de mi viaje a la isla.

Durante mi estadía en Santiago empecé a averiguar la forma en que podría llegar a esta isla que dista más de 4000 kilómetros de la costa chilena. Me informaron que la mejor (prácticamente la única, me dijeron) forma de llegar a Pascua es por avión. Lan Chile visita la isla 2 a 4 veces por semana, teniendo como destino final Tahití en la Polinesia; el avión arriba al aeropuerto Mataveri despues de un vuelo de 5 horas más o menos. La otra forma es por barco pero el viaje solo es posible dos veces al año (en mayo y setiembre), de modo que solo tenía una elección.

Durante los preparativos de mi viaje llegué a saber varias cosas que no sabia a cerca de la isla y de las estatuas que estaban en ella. Supe, por ejemplo, que las estatuas se llaman “Moais”, que la isla fue descubierta por navegantes europeos hace casi 300 años, que la isla albergó a una tribu polinesia llamada los Rapa Nui la cual tenia su propia lengua y hasta su propia escritura.

La isla de Pascua posee varios nombres: Rapa Nui, Te-Pito-Henúa (el ombligo del mundo) e inclusive “Mata ki te Rangi”, que en polinesio quiere decir “Ojos que miran al Cielo”, en alusión a sus cráteres. Al arrivar al aeropuerto de Mataveri descubrí que la gente es bastante hospitalaria y amable, llegando inclusive a poner alrededor de mi cuello guirnaldas de flores. Su capital es el poblado de Hanga Roa, donde se concentra la totalidad de la población.

Existen alrededor de 1000 Moais en la isla (no los conté todos por supuesto); el guía nos informó que en toda la isla estaban distribuidas 600 estatuas y que habian otras 400 en plena construcción en en Rano Rakaru. Rano Raraku es el lugar que más me impresionó de toda la isla y se encuentra a 18 Km. de Hanga Roa. Rano Rakaru es el cráter de un volcán apagado en donde eran tallados la mayor cantidad de Moais presentes en la isla, y aun se puede apreciar una gran cantidad de ellos en diferentes estados de construcción. Dentro del cráter y junto a las estatuas existe una pequeña laguna de agua dulce.

Durante mi estadia en Pascua descubrí que, además de los Moais, la isla tiene muchos atractivos los que vale la pena visitar: Por mencionar unos cuantos están la Península de Poike, donde se encuentra el volcán del mismo nombre; Vaihu, que es una plataforma de piedra destinada a ceremonias religiosas; una cantera de piedra denominada Puna Pau, que se encuentra a 15 Km. de Hanga Roa y de la cual los pobladores obtenían el material necesario para hacer los Pukao o sombreros que colocaban a los Moais; entre muchos otros lugares más.

Obviamente no todo es bueno en Pascua (la isla); lo malo de estar tan lejos del mundo es que los precios soy muy elevados. Comida, bebidas, rollos y demás artículos están muy caros, por suerte me advirtieron de esto y traje todo lo necesario para no quejarme de falta de dinero. Para movilizarme alrededor de la isla usamos motos y caballos, los cuales son alquilados por las mismas agencias.

Hace poco, durante la premiación a las nuevas 7 maravillas del mundo, me dio mucha pena saber que la Isla de Pascua estuvo muy cerca de ser considerada una de ellas pero no lo consiguió. Sin embargo, y a pesar de todo, para quienes tuvimos la suerte de conocer estas islas sabemos que es, sin lugar a dudas, una MARAVILLA.

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